martes, 19 de noviembre de 2013

UN LARGO PASEO OTOÑAL





Con la excusa de hacer un tramo de la Transgrancanaria que no conocía me fui hace unos días al pueblo mas alto de la isla para iniciar desde allí la caminata. El recorrido previsto era: Artenara-Fontanales-Valsendero-Valleseco-Teror.

Hubo que madrugar mucho y a las cinco de la mañana ya estaba en pie. Mientras subía en coche hacia la cumbre una densa niebla cubría La Pasadilla de Ingenio y llovía un poco. Todo un presagio de lo que podría encontrarme allá arriba pero ya no había marcha atrás.

En Artenara sorprendentemente no hacia mucho frío a pesar de que el cielo estaba encapotado y soplaba un ligero viento. Después de tomar un buen café con leche calentito, inicié la marcha comenzando en ese preciso instante a chispiar, acompañandome durante casi todo el camino.

Primero recorrí el barrio de Las Arvejas que tiene más casas de las que se intuye desde la carretera. Mas adelante, según iba acercándome a los Pinos de Gáldar, apareció la niebla que apenas permitía ver más allá de una docena de metros. Justo cuando iba adentrarme en el pinar vi, a través de la bruma, una fantasmagórica silueta de espaldas apoyada en un garrote. Era un pastor con sus ovejas. Antes de llegar a su altura, a cierta distancia, lo saludé para que no se llevara un susto. Así y todo se llevó una buena sorpresa. Hablamos unos minutos, al preguntarle por el camino hacia Teror me dijo que iba en la buena dirección “pero hoy ha cogido una buena jarujilla pa' caminar, amigo”. Cierto.

Andar en medio de los Pinos de Gáldar me resultó bastante agradable. Mientras me aproximaba a Fontanales la lluvia horizontal era mas fuerte y cuando pasaba cerca de los castaños la  amarillenta hojarasca  esparcida por el suelo me iba recordando, aún más si cabe, que ya estamos en pleno otoño.

Hasta Fontanales el camino esta claro y bien señalizado siendo fácil de seguir pero a partir de aquí las señales que marcan la dirección a Valsendero, Valleseco y Teror han sido arrancadas por lo que tuve bastantes dudas en los cruces de camino que en algunos tramos son pistas de cemento o asfalto lo que hace mas difícil orientarse. Espero que arreglen las señales y/o pongan las marcas homologadas.

Finalmente conseguí llegar a Teror después de andar unos 23 kilómetros sin ver el sol en todo el día pero sinceramente después del año tan caluroso que hemos soportado y la escasez de lluvia en los últimos 5 o 6 años se agradece caminar con el frío y bajo el agua.

La ruta no me ha decepcionado, al contrario, me ha gustado mucho. Además los organizadores de la Transgrancanaria siendo fieles a sus principios han procurado que el trayecto transcurra en un 98% por caminos evitando en la medida de lo posible el asfalto y el cemento.




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