jueves, 24 de octubre de 2013

UN APACIBLE PASEO POR EL PASO DE LA PLATA




El pasado domingo realicé una de mis caminatas preferidas siempre que necesito desconectar y oxigenar las neuronas. Madrugar y empezar a subir con la fresca de la mañana para superar las primeras rampas, que tienen un gran desnivel, es una buena manera de comenzar el día e ir soltando el lastre de las boberías cotidianas.

El camino del Paso de La Plata es, posiblemente, la vía empedrada que mejor se conserva en la isla de Gran Canaria y, sin duda, es una impresionante obra realizada de manera artesanal. Si bien, se tiene conocimiento que desde el siglo XV ya existía una revirada senda que era usada principalmente por pastores y personas que transitaban a pie, no es hasta el siglo XIX cuando un acaudalado terrateniente de Tunte aporta los fondos necesarios para construir uno de los más importantes Caminos de Herradura que permitió comunicar y facilitar el comercio del sur con el centro y norte de la isla.

Según se va ascendiendo podemos ir disfrutando, primeramente, a nuestra derecha, de una amplia panorámica de la Caldera de Tirajana, los Altos de Amurga y buena parte del sureste de Gran Canaria. Luego, según vamos cogiendo resuello, echando la vista atrás de vez en cuando, vemos la Presa de Chira, Cercados de Araña, Santiago el Chico, El Canalizo, la Montaña de Tauro, Soria, la Presa las Niñas, Inagua...

Mas adelante, una vez se abandona una pequeña presa, al terminar el empedrado, comienza un tramo menos pendiente a través de un discontinuo y sombreado pinar que nos va insuflando una gran sensación relajante. Entremedio, si nos apetece, podemos salirnos un poco de la senda y visitar la casa de Cho Flores y la Agujerada también conocida por la Ventana del Nublo.

El camino es ancho, seguro y es muy fácil de seguir porque está muy marcado por el continuo transito de los senderistas. Apenas son 5,7 km desde Cruz Grande hasta el Garañón. Lo recomendable es hacerlo ida y vuelta comenzando en Cruz Grande para realizar el tramo más duro de la subida con en fresquito del amanecer.

Como curiosidad diré que hace unos meses un amigo que trabaja en la zona turística del sur me preguntó: “¿Qué camino del diablo es ese que muchos clientes extranjeros me hablan maravillas de él?”. “Mejor que lo veas con tus propios ojos”, le dije. Así fue, hicimos juntos la ruta y al finalizarla lo oí murmurar: “Con razón”.

Este fin de semana tengo que volver porque el domingo me quedé muy rascado. Al salirme del camino habitual hice varias fotos y una de ellas, al verla posteriormente ampliada, me resultó verdaderamente sorprendente pero la luz que había a esa hora no era muy buena por lo que debo repetir la toma de nuevo. Si lo consigo prometo poner la foto en el blog. A ver si hay suerte.











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